Sidra con legítimo orgullo

El sector sidrero está de celebración tras haber conseguido finalmente de la UE la ansiada denominación de origen. Como dice un hostelero, “es una seña de identidad”. Se palpa también un saludable espíritu de superación (ver página 9) porque la mayoría considera que el hecho es un acicate para trabajar más, para exportar y popularizar nuestra bebida. También hay autocrítica y realismo: buenas señales

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