Entrevista a Víctor Escalada PRESIDENTE DEL CONSEJO DE LA SIDRA .

— Cual es el panorama actual de la Denominación de Origen?

–En clara expansión. Todos los años elaboramos un porcentaje mayor de sidra. En el último año hemos tenido un incremento del 40% en la entrega de contraetiquetas. Es importante y más en época de crisis.

— Está previsto que se sumen más lagareros a la Denominación de Origen?

–Por supuesto. Las puertas están abiertas a todo el mundo y en 2010 esperamos nuevas incorporaciones. Es una apuesta por la calidad y por dar un valor añadido a su producto.

–Este año su objetivo es etiquetar 1,3 millones de botellas

–El año pasado pasamos del millón de contraetiquetas. La tendencia y la trayectoria es alcanzar las cifras previstas.

— Se marcan algún techo?

–No. Cuanto más se haga, mejor. La gente cada vez valora más la calidad y la contraetiqueta de Sidra de Asturias es sinónimo de calidad.

— La mayoritaria es la sidra natural de escanciado, qué recorrido tienen la de nueva expresión y la brut?

–Siempre digo que la de nueva expresión puede ser una alternativa al vino blanco. Y desde luego la sidra espumosa o brut lo es al cava. Ninguna desmerece.

— Por dónde debe ir el futuro?

–Tenemos que insistir en dar a conocer el producto. Aún hay un gran desconocimiento de lo que es Sidra de Asturias.

— A qué se refiere?

–Sidra de Asturias es sólo la que lleva el distintivo de la contraetiqueta de la Denominación de Origen. Eso indica que ha pasado unos controles de calificación y que la materia prima tiene que pertenecer de forma rigurosa a 22 variedades que se producen en nuestra región.

–Y eso no se conoce bien.

–Hay mucha gente, incluso profesionales de la hostelería que no saben todavía lo que es Sidra de Asturias. Incluso hay profesionales del sector elaborador que, sin mala intención, entienden que pueden utilizar esa denominación para cualquier producto.

–Seis lagareros producen sidra de seleccionada. Eso confunde respecto a la Denominación de Origen?

–Son cosas distintas. La Denominación de Origen está certificada por entes públicas, la otra es una certificación privada dónde hay una empresa privada y un comité de cata.

— Existe rivalidad entre Sidra de Asturias y la de Manzana Seleccionada?

–Quizás un poquito. Pero no es negativo. Puede ser hasta positivo. Hace diez años la sidra no tenía ni etiqueta y en este período hubo unos cambios en el mundo de la sidra que no se habían producido en los cincuenta años anteriores.

–Destaque algún cambio.

–Hace diez años la sidra se distinguía por el corcho y ver una etiqueta era algo extraño. Hoy sin embargo lo es ver una botella sin etiqueta.

— Cómo está el mercado?

–Por supuesto en Asturias se sigue consumiendo mucha sidra afortunadamente, pero también se está creciendo en los mercados de fuera. Concretamente en Madrid, Levante y las provincias limítrofes de Asturias. Queda mucho recorrido para la sidra.

— Y el mercado internacional?

–Hay lagares que están entrando en esos mercados, pero de alguna manera somos reacios a ellos por desconocimiento. Ahí tendrían que ir este nuevo tipo de sidras.

— Por qué?

— La sidra tradicional requiere el escanciado y eso es un tanto complicado. En Asturias tenemos dificultades para encontrar personal cualificado para escanciar la sidra, mucho más fuera.

— Qué sensaciones tiene con la sidra de la nueva cosecha?

–Creo que va a ser de muy buena calidad.

–Respecto a las pomaradas, queda mucho por hacer?

–El sector productor se está profesionalizando mucho. Las plantaciones que se hicieron en los últimos quince años están dando sus frutos y gozamos de una oferta de manzana ya suficiente para las necesidades que tenemos.

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