La clave de la sidra con denominación de origen protegida radica en la manzana amarga, precisamente la más escasa en Asturias. Para tratar de poner remedio a esta situación, investigadores del Servicio de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), dirigidos por el técnico Enrique Dapena, llevan dos décadas tratando de obtener variedades de manzana amarga de floración tardía que puedan completar las aceptadas para la elaboración de Sidra de Asturias. Tras haber intensificado los estudios en este campo en los últimos años, «creemos que en un plazo de dos o tres años esta escasez estará subsanada», confió ayer el propio Dapena.
Acompañado de la también investigadora del Programa de Fruticultura María Dolores Blázquez, Enrique Dapena se encargó de mostrar las variedades de manzano preseleccionadas por el Serida al comité técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias, encabezado por la gerente, Reyes Ceñal. Asistieron también productores de manzana, elaboradores de sidra y enólogos, como Tino Cortina, Francisco Ordóñez o el técnico de Acompasa, Jorge García.
Según explicó Enrique Dapena, existen unas 424 variedades de manzano, entre las que se estudia producir las de tipo amargo. Para ello, el Serida cultiva tres parcelas en sus instalaciones de Villaviciosa, en Nava y en La Marina maliaya, concretamente en Oles.
Entre las variedades preseleccionadas y mejoradas genéticamente en el Serida destacan «la que denominamos Amariega, amarga, que tendrá una alternancia de producción y que tiene una buena acogida entre cosecheros y elaboradores de sidra», manifestó Enrique Dapena, quien añadió que «estamos tratando al mismo tiempo de conseguir una producción rápida».
Importaciones de Francia
También en una fase de estudio avanzado se encuentra la variedad conocida como Resina 16, «una manzana con ácido amargo». Para para conseguir este punto, algunos elaboradores importan manzana de Francia, acción que impide que esa sidra pueda conseguir la Denominación de Origen, afirmó el responsable del Serida.
«De momento en Asturias todavía seguimos siendo deficitarios en la producción de manzana amarga, pero en dos o tres años esta escasez estará subsanada», subrayó. En cuanto a las enfermedades que atacan las plantaciones, Enrique Dapena informó a los asistentes que se está trabajando para combatir con garantías la plaga del pulgón, en sus tres versiones -ceniciento, fuego bacteriano o mateado-.n el seno del Consejo Regulador se confía en las investigaciones de los expertos del Serida, para que en fechas no lejanas la producción de manzana de tipología amarga sea una realidad. Todos los asistentes a la jornada informativa organizada ayer en Villaviciosa compartieron las esperanzas sobre el buen futuro que se espera de esta clase de plantación amarga