Los productores de manzana aconsejan la mecanización para lograr rentabilidad

La rentabilidad o no de la producción de manzana de sidra se convirtió en uno de los principales debates de las V Jornadas técnicas del sector agrario en el siglo XXI, organizadas por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Asturias en el marco de Agropec 2007. Y la cuestión centró un debate celebrado ayer y en el que participaron Enrique Rodríguez Nuño, director general de Ganadería y Agroalimentación del Principado de Asturias; Pablo Echanove Arias, productor y vocal del Consejo Regulador «Sidra de Asturias»; Jorge García Álvarez, gerente de la Agrupación Asturiana de Cosecheros de Manzana de Sidra; Samuel Menéndez Trabanco, productor y lagarero, y José Madiedo Victorero, productor y vocal del Consejo Regulador «Sidra de Asturias», todos ellos moderados por Vidal Álvarez, de la Consejería de Medio Rural y Pesca. Abrió el fuego Samuel Trabanco, cuya empresa tiene más de 60 hectáreas dedicadas a pomares, quien afirmó que el cultivo «será muy interesante y rentable para los productores», máxime con el descenso en la producción de manzana asturiana que se detecta desde hace años. Ante las dudas de una parte del público que asistió al debate, José Madiedo indicó que la plantación «tendrá futuro; hay poca manzana», una idea en la que insistió Pablo Echanove al señalar: «Hay que romper con la historia de la manzana mal pagada y la Administración tiene que motivar la compra de fincas (para la plantación de manzanos), pero con una investigación e información permanente a los productores». «Plantar es una inversión», afirmó Jorge García, «pero debe hacerse con todos los estudios previos para que sea rentable, y por eso hay que tener asesoramiento técnico». Por su parte, Enrique Rodríguez Nuño insistió en que el sector «demanda ahora plantaciones modernas» que incluyan la mecanización, tanto en el cuidado de los terrenos como en la cosecha, pero sin olvidar las plantaciones tradicionales, que, dijo, «permiten obtener una calidad extraordinaria gracias a la selección manual». Pero sentenció Samuel Menéndez Trabanco: «Lo que no se puede pretender es obtener rentabilidad con plantaciones pequeñas; cuando se llega a un millón de kilos se llega a la rentabilidad, o sea, cuando se pasa de cuatro o cinco hectáreas». Una idea a la que Rodríguez Nuño apuntó que «la diversificación de ingresos también es importante», es decir, no basar todos los ingresos en la producción de manzana de sidra, teniendo en cuenta el tradicional minifundio asturiano. En definitiva, la idea que triunfó ayer en el debate es que la manzana de sidra asturiana tiene futuro y es rentable su plantación si se realiza en terrenos apropiados para ser mecanizados, o, lo que es lo mismo, la plantación denominada en eje vertical, pero sin olvidar los viejos pomares.

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