Buena manzana y mejor sidra

Los llagares comercializarán en septiembre 948.191 litros con denominación de origen de la campaña de 2008

«La sidra es una representación de la forma de ser y de sentir de los asturianos». Con esta frase, el consejero de Medio Rural y Pesca, Aurelio Martín, sintetizó lo que esta bebida significa. Lo hizo durante la presentación de la cosecha de 2008 que organizó el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias en un conocido llagar de la localidad maliaya de Amandi. Martín, que asistía por primera vez a esta ceremonia, recordó la importancia que tiene la denominación de origen como «marca de calidad» y señaló que «no se puede entender nuestra sidra si no está hecha con nuestra manzana».

El presidente del Consejo Regulador, Víctor Escalada, explicó que en la cosecha de 2008 «se elaboraron 948.191 litros de sidra con denominación de origen en sus tres variedades y se utilizaron un total de 1.266.419 kilos de manzana». También apuntó que «somos ya 23 empresas inscritas en la denominación y 520 plantaciones en el Consejo».

«En su mejor momento»

Escalada afirmó que la cosecha con denominación de 2008 «ha sido calificada como muy buena», e indicó que ello se debe, entre otros aspectos, a que la manzana llegó a los llagares en buenas condiciones y en un momento óptimo de maduración, y a que la climatología ha acompañado durante el periodo de elaboración y fermentación. «Las sidras, debido a las bajas temperaturas, han tardado bastante en terminar las fermentaciones y todavía están un poco tiernas. En julio y agostó estarán en su mejor momento y en septiembre se comenzará su comercialización», explicó Escalada.

Un dato que quiso resaltar el presidente del Consejo Regulador es que en los primeros cinco meses de 2009 se han entregado 411.000 contra etiquetas D. O. P. frente a las 147.000 de la temporada anterior.

En la presentación de la cosecha también estuvieron dos de los mejores deportistas del Principado, el ciclista gijonés Chechu Rubiera y el piragüista maliayo Manuel Busto. «Uno de los momentos más satisfactorios y emotivos cuando compites en el extranjero, en carreras como el Tour, es que un paisano te acerque un culín de sidra», confesó Chechu Rubiera.

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