Los representantes del sector sidrero deben ser los que gestionen la campaña de promoción. Es la intención del Principado, expresada ayer por Tomasa Arce, directora general de Agroalimentación del Gobierno regional. La responsable autonómica mostró la intención del Principado de que sea el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sidra de Asturias el único gestor del millón de euros que las Administraciones regional y estatal han aprobado para la difusión de la sidra en todo el Estado. «Nosotros entendemos que son los componentes de este órgano, las empresas, los que venden la sidra y tienen experiencia en promociones. Por tanto, que sean ellos los que decidan de forma conjunta», justificó Arce. Desde su punto de vista, deben ser los integrantes de este mismo Consejo los que contraten directamente a la agencia o agencias encargadas del desarrollo de la campaña promocional. Arce acudió ayer a Villaviciosa para participar en una reunión extraordinaria del Consejo, convocada a petición de la Consejería de Medio Rural. El único tema en el orden del día era precisamente las primeras gestiones en la preparación de esta campaña de promoción, para cuyo comienzo aún no hay fecha prevista. Los mercados donde se incidirá más con la promoción serán Madrid y las regiones del sur y el noroeste de España. «Habrá que prestar también mucha atención», añadió Arce, «a aquellas zonas en las que ya existen bebidas autóctonas con mucho arraigo». Uno de los puntos fuertes de la misma será la organización en Gijón, el próximo año, de un Salón Internacional de la Sidra, «un evento que queremos que sea el punto de encuentro mundial para todos los países productores de esta bebida». Una garantía El vicepresidente del Consejo Regulador, José Luis Rubiera, hizo un llamamiento en favor de la sidra con denominación de origen pese a su más alto precio. «El consumidor tiene que entender que por unos céntimos más será beneficiado con una garantía de calidad y de sabor».Rubiera rechazó las quejas por la subida de precio de la sidra de Denominación: «El otro día pagué 4,50 euros por un cubalibre, cuando una botella de sidra de denominación, que además requiere de un trabajo de escanciado, cuesta 2,50 ó 2,60 euros».