El Museo de Bellas Artes de Asturias, la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo del Principado de Asturias y la Cátedra de la sidra de Asturias dependiente de la Universidad de Oviedo, han organizado una muestra en la que la sidra y la cultura asociada a ella serán las grandes protagonistas
Esta mañana, el Museo de Bellas Artes de Asturias presentaba a los medios de comunicación la tercera de las muestras programadas para el verano de 2023 y con la que busca desplegar la tradición y riqueza de la cultura sidrera asturiana. Una muestra que, además, se enmarca entre las acciones que promueven que la Cultura Sidrera Asturiana se candidata española para ser reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO, la cual se resolverá a finales de 2024.
Escanciando. Representaciones de la sidra asturiana en las artes plásticas nace de la colaboración entre diferentes entidades. Concretamente, en ella están implicados la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo del Principado de Asturias, la Cátedra de la sidra de Asturias de la Universidad de Oviedo y, por supuesto, el propio Museo de Bellas Artes de Asturias. Pero, además, en la exposición han participado otras muchas instituciones y coleccionistas particulares que han prestado obras a la misma como son el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Muséu del Pueblu d’Asturies, la Fundación Museo Evaristo Valle, el Centro de Escultura Museo Antón Candás, la Biblioteca Pública de Asturias “Ramón Pérez de Ayala”, la Junta General del Principado, Unicaja Banco, el Hotel de la Reconquista, Sidra Castañón, Sidra Cortina así como la Asociación de Fomento de la Sidra Tradicional Asturiana. El resultado es una exposición en la que diferentes creaciones artísticas, industriales, publicitarias e, incluso, vinculadas a la cultura del ocio se aúnan en un relato muy didáctico y completo que podrá disfrutarse desde el 20 de julio hasta el próximo 5 de noviembre en la pinacoteca regional.
La muestra, ubicada en la planta -1 del Edificio Ampliación, está conformada por seis secciones en las que, a través de la pintura, el grabado, las artes industriales y otros objetos, se narra el proceso de transformación de la manzana en sidra: desde su recogida en la pomarada hasta su disfrute en el chigre.
A este respecto, la muestra se abre con la sección titulada Pomarada, en la que, a través de cuatro pinturas y otros tantos lagares, se presenta el proceso de recogida de la manzana y el primer tratamiento de la misma para su futuro disfrute. Así, a través de la pintura de autores de la talla de Evaristo Valle o Nicanor Piñole, el espectador podrá descubrir qué es una pomarada y cómo se ve en las diferentes estaciones del año, al mismo tiempo que conocer de cerca un llagar (propiedad de Sidra Castañón). A estas piezas se unen tres interesantes maquetas, realizadas por Legazpi, procedentes del Museu del Pueblu d’Asturies con las que se completa esta visión y parte del proceso.
La segunda de las secciones se dedica a la dimensión productiva, es decir, al proceso de fabricación de la sidra propiamente dicho. Nuevamente arte y etnografía se dan la mano aunque, en esta ocasión, acompañados de distintas publicaciones, carteles y otros objetos publicitarios con los que se destaca la parte divulgativa y comercial de la sidra. Destaca en esta sección, la presencia de dos matrices litográficas con las que el visitante no sólo podrá disfrutar de una imagen muy conocida de sidra El Segador sino que, además, facilitarán el conocimiento del proceso de estampado, tan asociado a estos procesos comerciales.
Los dos siguientes ambientes están dedicados a las costumbres campesinas y la espicha. En ambos, el trabajo vecinal y el disfrute en comunidad vertebran las pinturas y carteles expuestos. Así, obras destacadas como El Filandón, de Luis Álvarez Catalá (Colección del Museo de Bellas Artes de Asturias) o Romería de Granda, de Mariano Moré (Colección de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo), se acompañan de piezas cerámicas producto de las fábricas de Faro y Somió, evidenciando la parte más lúdica y festiva que acompaña a la sidra. Una vez más, la presencia de artistas asturianos como Ignacio de León y Escosura, Evaristo Valle, Manuel Medina Díaz o José Purón Sotres, además de los dos ya citados, suponen excelentes ejemplos de gran peso en la tradición pictórica asturiana.
Le penúltima de las secciones se dedica a las industrias auxiliares, es decir, a mostrar aquellos productos asociados al consumo de la sidra que, con el paso del tiempo, fueron evolucionando hasta configurar una imagen totalmente identitaria del producto como es la botella verde y el vaso de sidra. A este respecto, las primeras fábricas de vidrio aparecen en la primera mitad del siglo XIX, alcanzando un gran desarrollo en la Asturias del siglo XX, teniendo en cuenta que la adopción de la botella y el vaso supondría una considerable variación en los hábitos de consumo sidrero y en la ritualización de su degustación.
En esta sección destaca, sobre todo, la única pieza escultórica de toda la exposición: una obra de Antón titulada Fin de la romería, procedente del Centro de Escultura de Candás, Museo Antón, y, sin duda, una pieza de gran fortuna y belleza.
El último de los bloques temáticos está dedicado al chigre o taberna. Para hacerlo más didáctico, se ha creado para la ocasión un chigre o mostrador tradicional con el que recrear ese espacio de sociabilidad, solidaridad e información en el que tradicionalmente se cerraban tratos o se desarrollaban actos políticos y sindicales y en el que, con el paso del tiempo, se fue implantando el disfrute de la sidra propiamente dicho. Este curioso mostrador no sólo aloja botellas de sidra sobre su superficie y estantería, sino que incluso cuenta un diccionario de la lengua castellana, propiedad de la Biblioteca Pública de Asturias “Pérez de Ayala”, con el que se pretende recordar las disputas y conflictos lingüísticos que hallaban en el citado libro su resolución. Este espacio cuenta, además, con más obras plásticas, concretamente, dos pinturas de Evaristo Valle, uno de los pintores que más se acercó al mundo de la sidra en sus creaciones.
Como novedad, esta muestra integra por primera vez un taller educativo en su espacio. Destinado principalmente a las actividades educativas programadas para niños y familias, en él se podrá disfrutar desde otro punto de vista de la sidra asturiana y sus representaciones en las artes plásticas. Este espacio educativo contará con materiales didácticos realizados por Carmen Rubio.
La muestra se cierra con varios vídeos en los que se plasma la evolución y procesos asociados a la productividad y disfrute de la sidra y que funcionarán como un complemento excepcional para el correcto conocimiento de toda esta cultura asociada al mundo de la sidra.
Comisariada por Luis Benito García y Gretel Piquer, Escanciando. Representaciones de la sidra asturiana en las artes plásticas, aúna arte, etnografía, antropología, historia y sociología en un recorrido muy completo del que se puede extraer una parte realmente identitaria de la cultura asturiana.
En torno a la muestra, que ha contado con el trabajo de Juan Jareño para su diseño, se llevarán a cabo diferentes actividades de entre las que destaca la conferencia que la próxima semana, su comisario Luis Benito García, impartirá en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo a las 18 horas, al mismo tiempo que, como se señalaba al comienzo de la nota, apoyará y enriquecerá la candidatura española de la cultura sidrera como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad presentado a la UNESCO.