Hosteleros gijoneses estrenan la venta de sidra con Denominación

Las sidrerías gijonesas son pioneras en Asturias en ofrecer a sus clientes la sidra con denominación de origen Sidra de Asturias . Hace pocos días que una docena de establecimientos hosteleros pusieron a la venta las botellas de Val d�Ornón, el nombre con el que la empresa Sidra Menéndez ha bautizado la parte de su producción que ha sido sometida a los controles del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.), órgano dependiente de la Consejería de Medio Rural y Pesca. Menéndez ha sido el primer lagar en tener a punto el etiquetado de la primera remesa de botellas, consistente en 2.100 cajas, de las que «un tercio están ya en el mercado», explicó ayer el propietario, Gerardo Menéndez. La producción total de Menéndez para este año de sidra con sello de origen es de 120.000 litros, que están madurando en barricas «de castaño y de acero inoxidable», indicó el lagarero. Con un precio de venta que oscila entre los 2,5 y 2,6 euros, según el establecimiento, la sidra con denominación de origen se lanza al mercado con un coste inferior a lo que se calculó en un primer momento, que lo elevaba a un mínimo de tres euros. «Es un bulo que se extendió en su momento, pero es que además no te puedes pasar con el precio», señaló Menéndez, quien está suministrando las cajas a 12 euros más IVA, también a centros comerciales. CALIDAD-PRECIO El restaurante El Veleru recibía ayer su primer pedido con el convencimiento de su gerente, César Robledo, de «que va a tener mucho tirón». En su opinión, el producto tiene una «buena relación calidad precio, aunque hay que tener en cuenta que la gente sigue siendo muy tradicional». Su delicado sabor y el hecho de que aún esté «tierna» hace que esté teniendo un éxito considerable entre las mujeres, algo que ratificaba Ana Requejo, camarera de profesión, que aseguró que, «a mí que me gusta la sidra, puedo decir que se nota la diferencia, que es mejor que la normal». Otro establecimiento de Cimadevila, El Lavaderu, ya había agotado ayer la veintena de unidades que les había servido el lagar Menéndez, cuya producción de sidra con la etiqueta blanca que certifica su denominación de Sidra de Asturias supone alrededor de un 5% del total. Frente a la sidra tradicional, existe también la gama de sidra de manzana seleccionada a la que, según Robledo, «le quedan cuatro días, porque todos se van a pasar a la denominación». Los que someterán esta sidra al análisis más profano pero también más crítico son los consumidores que, a pie de bar, establecerán las comparaciones con la bebida tradicional asturiana de toda la vida. Para el gijonés Oscar Roza, «el sabor es un poco menos fuerte pero tiene buen vaso y buen beber». En su opinión, a los productos asturianos «hay que darles prestigio, y creo que esta sidra va a tener un buen gancho en el verano con los turistas».

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