La manzana desafía al calor

Los manzanos de sidra inician la cuenta atrás del verano con la tranquilidad de haber resistido airosos a las frías temperaturas de los pasados meses de primavera. Aunque los daños en las pomaradas han sido mínimos, a los cosecheros les preocupa ahora la evolución de la fruta con las altas temperaturas. La campaña de recogida de manzana de sidra, que tradicionalmente comenzaba en Asturias alrededor de la festividad del Pilar, lleva dos años adelantándose a la primera semana de octubre o incluso a la última de septiembre. La fecha de este año dependerá del tiempo de los próximos meses. Uno de los riesgos para las manzanas es ahora que el exceso de humedad de los pasados meses, aliado con el calor actual se convierta en caldo de cultivo para hongos y bacterias que podrían echar a perder la fruta. A los riesgos climáticos se une este año la vecería, que rota año de mala cosecha con el de bonanza. En esta ocasión toca poca manzana, aunque la escasez se deja sentir en los manzanos tradicionales. Las nuevas plantaciones de poda en eje vertical apenas acusan la alternancia. Sus manzanas son las que se utilizan en la denominación de origen Sidra de Asturias y en la sidra de Manzana Seleccionada. Las marcas de calidad tienen garantizado el suministro, a tenor del nivel de elaboración de los últimos años. El año pasado se recogieron en Asturias unos 50 millones de kilos de manzanas. La reducción prevista para la campaña 2008 oscila en una horquilla que va de los cinco a los quince millones. Ante el panorama de una cosecha menor, los lagareros que elaboran sidra sin marca de calidad -la sidra de escanciar de toda la vida- se verán obligados a surtirse de materia prima en mercados exteriores. Galicia, el País Vasco, Polonia, Francia y Checoslovaquia son algunos de los lugares de procedencia de las manzanas que se transformarán en la bebida regional los próximos meses.

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