Una cosechona desigual de manzana

¿Hay cosechona o no hay cosechona de manzana de sidra? Es la pregunta que recorre las casi 4.000 hectáreas de pumaradas asturianas estos días. Los cosecheros se preparan para el gran sprint de los próximos días: llega la recogida, el momento de llevar al lagar los frutos de la pumarada. La respuesta a la gran cuestión viene con matices. Cosecheros y lagareros están de acuerdo en que la cosecha que estos días empieza a recogerse es la mejor de los últimos años, aunque desigualmente distribuida por zonas. Nava y Sariego se caracterizan por la superabundancia de manzana. En Villaviciosa y Gijón no sucede lo mismo. Los microclimas de cada área tienen parte de culpa.

El presidente de la Asociación de Lagareros de Asturias, José María Osoro, calcula que la recolección sumará unos 40 millones de kilos, el 85 por ciento de lo que podría considerarse una cosechona. Antonio Torres, presidente de la Asociación de Productores de Manzana de Asturias (Apomas), con 18 socios, es un poco menos optimista. Calcula que en su caso y en el de sus compañeros de asociación se recogerá un tercio más que el año pasado, unos 350.000 kilos.

El 12 de octubre es el día estipulado tradicionalmente para comenzar a pañar. Los plantadores adscritos a la denominación de origen Sidra de Asturias comenzaron ayer. Antonio Torres explica que en su zona, Villaviciosa, no hay tanta abundancia en las pumaradas. «Los árboles pudieron florecer y desarrollar fruto cuando les dejó el tiempo», añade.

El presidente de Apomas matiza que el problema es que el año pasado hubo más manzana de la esperada «y eso los árboles lo acusan». Algunas variedades son especialmente sensibles a la evolución climatológica e, incluso, tienen la vecería alterada. «El árbol no entiende de años; por ejemplo, en la variedad de la Riega, hay menos de las que debería haber este año», asegura Antonio Torres.

La Asociación de Cosecheros de Manzana de Sidra (Acomasi) espera una «buena cosecha, «pero no excepcional». El presidente de la Asociación de Lagareros, José María Osoro, aconseja que la manzana aguante unos días más en el árbol. «La lluvia de septiembre ha caído bien, pero se necesitaría un poco más de agua y el tamaño lo hacen la lluvia y el sol». El astro rey también surte a la manzana de azúcares, sin este componente la carga alcohólica de la bebida será menor.

El presidente de la Asociación de Lagareros recalca que el hecho de que este año no vaya a haber problemas de abastecimiento en los lagares asturianos no significa que el panorama de las pumaradas sea para brincar de alegría. «De 9.000 hectáreas de manzana que teníamos hace diez años, hemos pasado a 4.000 hectáreas», lamenta. Cada año se planta una media de sesenta hectáreas, pero se abandonan a un ritmo muy superior. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sidra de Asturias, con 263 cosecheros adscritos, prevé procesar dos millones de kilos de manzana, casi medio millón de kilos más que el año pasado.

Tradicionalmente, el desbroce de las pumaradas comienza con la recolección de la manzana de sapu, la del suelo, menos valorada porque se cayó del árbol antes de tiempo. Este tipo de manzana se emplea para elaborar productos como vinagre de sidra.

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