Chupinazo de sidra

La calle Gascona se vistió ayer de fiesta para darle la bienvenida, por séptimo año consecutivo, a la tradicional preba de la sidra, que elige al mejor llagar de la primera temporada en una cata popular y otra oficial. Animadas por el tiempo y las ganas de beber, miles de personas fueron las que decidieron acercarse desde las doce del mediodía, llegando a convertir la vía, por momentos, en un auténtico tapón de gente que llegó a consumir casi 4.000 litros de la bebida oficial –un 20% más que en otras ediciones. El pistoletazo de salida lo dio en esta ocasión como pregonero Lisardo Lombardía, a quien tiempo le faltó para proponer que “el Principado se declare ya gran espicha universal”. Tampoco la consejera de Medio Rural, Servanda García, acompañada por la directora de Agroalimentación, Tomasa Arce, quiso perderse el chupinazo de sidra, que duró hasta las dos y media de la tarde. “Los hosteleros y lagareros han conseguido convertir el bulevar en el lugar donde más sidra se toma y en una fiesta que anuncia la llegada del verano”, dijo García. En la vía no faltaron gaiteros improvisados, música tradicional, las risas que arrancó el Dúo Astur o los canes que desfilaban junto a sus dueños vistiendo el típico pañuelín con el logo de la fiesta. Por 3 euros, los ovetenses se hicieron pronto con uno de estos pañuelos, un cartón para votar y el vaso de sidra que les permitió ir probando cada una de las 12 variedades que competían en la cata popular, cuyo premio volvió a recaer en el llagar Trabanco. Algunos, como Begoña González, de Burgos, lo auguraban ya minutos antes. “Me gusta más la de Trabanco porque es más suave”, afirmó, y acto seguido planteó que en su tierra “creen una fiesta similar con vino”. Otros, como Bruno Prieto o Jonathan García, se decantaron por el sabor de Menéndez, que “ye menos ácida y tien más cuerpu”. En la cata oficial y ciega, el jurado –Orlando Valledor, Maximino Villarrica, Gumersindo Martínez, Severino Cueva y Belisario Suárez– valoró, según el presidente de la Asociación de Sidrerías de Gascona –organizadores con otras entidades–, Francisco Colunga, “la presentación, color, espalme, pegue, olor y sabor” de la Herminio de Colloto. Entre cata y cata, la campeona Susana Ovín se encargó de escanciar los culines que los probadores intercalaron con un poco de agua y biscottes. Al final, los ganadores recibieron diplomas y trofeos, que también se repartieron entre colaboradores. Hasta los organizadores les acercaron a las monjas de San Pelayo alguna botella para hacerles un año más partícipes del evento.

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