Cortina, primer premio en la cata oficial, y Trabanco en la popular

«La consecuencia de la espicha es la sensación de pueblo». Con estas palabras, la periodista Sonia Fidalgo resumía ayer, en el pregón inaugural, el sentir de los miles de participantes en la VI Preba de la sidra de Gascona. No faltó ninguno de los componentes de la fiesta tradicional asturiana: gente, comida, sidra y gaita. Amenizado por el «Dúo Astur», el encuentro dio cabida a la tonada, a la venta de productos tradicionales y a dos veredictos en torno a la bebida estrella de la región. El jurado oficial dictaminó que la mejor sidra de la temporada de este año, de las trece que se presentaron a la cata -escanciadas por la campeona del concurso de escanciadores 2004, Susana Ovín-, fue la de Cortina. Presidido por Maximino Villarrica y formado por Orlando Valledor, Gumersindo Martínez, Severino Cueva y Belisario Suárez, el jurado de expertos probó una a una la producción de los aspirantes mientras, en la calle, miles de personas hacían lo mismo en los varios puestos instalados en el bulevar. La dinámica se repetía en la mayoría de los casos: comprar el vaso e iniciar con él en la mano el periplo a lo largo de Gascona. En la parte alta de la calle, tras la cata, María Lavilla esperaba paciente tras la barra del puesto de votaciones la llegada de los asistentes con su veredicto. «Este año», comentaba, «parece que la gente se decide más deprisa». Al término de la jornada, según la organización, unos mil votantes decidieron que la sidra de Trabanco era la mejor de la temporada. La sidra centrará este verano una de las muestras del Café 1. Esta exposición, en la que participará el Museo de la Sidra de Nava, se completará con degustaciones y conferencias de los lagareros en la plaza de Trascorrales. A juicio del lagarero Manolo Riestra, «este debería ser un buen comienzo para dar a conocer el mundo de la sidra, pero no sólo habría que “traerlo” a Oviedo, sino también llevarlo fuera de la región».