El consumo de sidra descendió en España un 8% en 2003

El consumo de sidra descendió en 2003. Según datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca, el pasado año, cada persona tomó un total de 1,81 litros, frente a los dos del año anterior. En términos generales, esto supone un descenso del 8 por ciento en millones de litros consumidos, es decir, de 80 litros de 2002 a los 74 de 2003. Según explicó Miguel Hevia, secretario de la Asociación 1a de Sidras (Aesi), este descenso tiene su explicación en la bajada, del 9 por ciento, que se produjo en el denominado consumo «extradoméstico», es decir, en hostelería y restauración. De 64 millones en 2002 a 59 en 2003. La reducción del consumo en los hogares 1es fue mucho más inferior, del 3,5 por ciento, que no llega a un millón de litros. Muchas de las diferencias en el consumo vienen marcadas por el tipo de sidra. La «natural», que se distribuye en envase retornable, muestra una curva de venta casi limitada a la hostelería. Por su parte, la que se distribuye en envase no retornable es más habitual verla en hogares y restauración. El resto de España todavía se resiste al mercado de la sidra natural, que se consume casi en exclusiva en el lugar de producción, es decir, Asturias en primer lugar y Guipúzcoa por detrás. Aunque, según explicó Hevia, «va ganando año tras año adeptos en el resto del país». La sidra que se vende en envase no retornable sí tiene un mercado más homogéneo en el resto de comunidades. Especialmente en el Mediterráneo 1, Canarias, Madrid y sus aledaños y Galicia, donde las conocidas como «cañas de sidra» son muy populares. Para Miguel Hevia existe un obstáculo que todavía el mercado de la sidra no ha superado. y es la estacionalidad. «El consumo de esta bebida, al igual que el cava, se concentra en el período navideño». Como solución apoya la modernización del mercado mediante nuevas presentaciones. Actualmente ya se comercializa la sidra natural «filtrada, sin posos y en envase no retornable para su consumo en hogares», explicó Hevia. Sin embargo, él justifica el descenso del consumo o el escaso poder frente a, por ejemplo, la cerveza por la falta de conocimiento que en resto de las zonas de España se tiene del producto. «Es necesario implantar prácticas más populares, como puede ser el tomar cañas de sidra, para aumentar su consumo», apostilló. Asturias, no obstante, continúa a la cabeza de la producción de su más típica bebida. En el Principado existen 1.500 explotaciones productoras de manzana, más de 100 empresas que la elaboran, muchas de ellas de carácter familiar, y unas 6.000 sidrerías. Su mercado factura anualmente en la región más de 36 millones de euros y se sitúa en el tercer lugar dentro del sector agroalimentario. La sidra asturiana acaba de estrenar, recientemente, su denominación de origen.

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