El Serida aprovechará residuos de la sidra para uso alimenticio

Desde el Serida uno de los responsables del trabajo de investigación, Juan José Mangas, explicó que el estudio se centrará en la magaña – la pulpa de manzana que se obtiene durante el proceso de elaboración de la sidra- y en las borras – los sedimentos que se obtienen de la fermentación de la sidra. El principal objetivo del estudio será lograr aplicar, al sector de la alimentación, los principios activos presentes en ambos residuos. Desde el Serida se destacó las características antioxidantes y las proteínas presentes en ambos productos que podrían “enriquecer” otros alimentos como el yogurt. Mangas explicó que hasta el momento no “hay estudios en profundidad sobre estos subproductos de la manzana en las variedades de sidra”. Antes de poder dar este paso el Serida deberá proceder a la “caracterización química y bioquímica” de los dos subproductos sidreros a estudiar. El técnico del Serida explicó que hasta el momento ambos residuos causan un trastorno a las industrias sidreras por su impacto medioambiental. La magaña es un residuo que “debe ser procesado por Cogersa”. Mangas recordó que “aunque una parte de este subproducto se utiliza como alimento animal”, este destino es mínimo, dada su gran producción. Los lagares pueden llegar a generar “entre 80 y 90 millones de kilogramos de magaña en una campaña sidrera”. Esta cifra junto a la desaparición de las explotaciones ganaderas obligan a buscar una nueva salida y un “nuevo valor” para este subproducto de la sidra. Para el Serida la magaña continua siendo “un residuo incómodo para la industria sidrera”. En el caso de las borras el problema medioambiental se origina al ser un residuo que “en muchos casos termina en el alcantarillado” sin ser tratado. Las proteínas caracterizan este sedimento de la fermentación. CONVENIO Tanto Mangas como el director del Serida, Pedro Castro, destacaron la excelente colaboración existente entre el Ayuntamiento de Villaviciosa y el instituto de investigación agraria. El consistorio financió entre 1998 y el 2004 una beca de formación en el área de microbiología. La firma del nuevo convenio supondrá una consignación presupuestaria de 12.000 euros anuales durante un periodo de tres años. Los resultados de la beca no se conocerán hasta el final del convenio. Para los responsables del Serida el estudio permitirá generar nuevos activos económicos, dentro del sector sidrero, para la gestión de estos subproductos.

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