Sensibilidad femenina para el vino

El V Concurso nacional de sumilleres, que se celebró ayer en Oviedo, fue ganado, por primera vez, por una mujer. María Enar Puente Montes, una segoviana de 41 años, consiguió el galardón que le permite entrar en la historia de estos profesionales por la puerta grande. El segundo lugar fue para el catalán Roger Vivs� Barbar�, y el tercero, para el riojano Alfredo Selas Escribano. La ganadora, que trabaja en el restaurante El Almacén de Avila, de la localidad de La Cueva de San Esteban, en Segovia, no sólo rompió los viejos tabúes que mantuvieron hasta no hace muchos años a la mujer alejada del universo del vino, sino que aseguró que sus compañeros «estaban muy contentos como prueba de que el machismo ya no existe en este mundo». �Qué es un sumiller? En palabras del presidente de la asociación de estos profesionales en Asturias, Ceferino Cimadevilla, «son expertos en vino que lo saben relacionar con la gastronomía para conseguir el maridaje perfecto, conocedores de la producción y también de la legislación, así como de los licores, aguas, infusiones y puros, con lo cual se convierten en profesionales indispensables para garantizar el éxito de una comida». Este concurso fue también todo un éxito para Asturias porque por primera vez se celebró fuera de Madrid y Barcelona, y también porque los sumilleres pudieron conocer la sidra de nueva expresión, aunque muchos de ellos dijeron que ya la habían catado y que les fascina. Al representante de Asturias, Carlos Velasco Acebal, le faltó sólo un paso para pasar a la final. «Llegar hasta aquí es todo un éxito, porque me codeé con profesionales de toda la vida y yo sólo llevo seis años en este mundo», aseguró. Javier Gila, uno de los sumilleres más famosos de España, que trabaja en el restaurante del hotel Ritz, de Madrid, define la cata como «un análisis de los sentidos, con tres fases: sensorial, olfativa y paladar». Y explicó cómo se puede hacer una cata doméstica, mientras advertía de que «el problema no suele estar en los vinos, sino en los corchos». Y es que puede haber cambios bruscos de temperatura que hagan mermar el corcho, permitiendo la entrada de bacterias que arruinen un caldo. Gila ofreció un consejo: «Lo más bonito es disfrutar de la gran variedad de buenos vinos que tenemos en España; sería muy aburrido tomar siempre el mismo».

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